El determinismo tecnológico, es
entendido en el imaginario social como lo inevitable, es decir, la tecnología
gobierna el curso de la sociedad y ésta no se puede entender sin la primera. Asimismo,
se cree que los seres humanos no pueden tomar acciones en los avances
tecnológicos, sino solo aceptarlos con conformidad. No obstante, ¿a qué se debe
esta tendencia? Y ¿es realmente ineludible todo ello? Estas son dos cuestiones
que el autor debate a lo largo del texto y que nos centran en otra perspectiva
de la realidad.
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Determinsmo tecnológico |
Los planteamientos teóricos
equiparan el determinismo tecnológico con el determinismo físico, sometido a
leyes naturales, cuyos resultados desembocan en un solo camino, no obstante la
crítica que se realiza es que, en un avance complejo del pensamiento, no es
posible seguir considerando este tipo de premisas como necesarias en la
dinámica social.
La fuerza social ha desmantelado
la idea determinista de la tecnología, de manera que existen casos en los que
se regulan, prohíben y evitan desarrollos tecnológicos o experimentos, por lo
cual los humanos, desde esta perspectiva no son entes pasivos que sólo esperan
el devenir de lo que estos procesos plantean, sino que ejercen una acción
social y política sobre la tecnología. Una de las características que permite
que persista la idea del determinismo es la hegemonía que ejerce el control,
pues convenientemente tiene el poder para generar condiciones que perpetúen esta
idea.
Asimismo, otro de los problemas
respecto e ello es que el hombre ha decidido no actuar y pasivamente se ha conformado
con ver cómo el mundo lo moldea, no obstante tanto ética como empíricamente se
ha demostrado que las decisiones humanas tienen implicaciones en la tecnología,
de ahí que los estudios en este sentido se han refutado y quienes continúen en
este análisis deben contemplarlo.
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