La sociabilidad ha significado para
el ser humano una parte importante en su evolución, a tal grado de que
continuamos ejerciendo esta capacidad gregaria no sólo en la vida cotidiana o
común sino también a escala global y virtual. En este sentido, las redes
sociales se han vuelto parte trascendental para comunicarnos hoy en día.
El internet y las páginas diseñadas
para compartir nuestras experiencias han sobrepasado a los demás medios de
comunicación porque, si bien es cierto que cada uno ha jugado una parte esencial
en la vida del ser humano, la utilización del internet tiene una peculiaridad: permite
una sociabilización sin precedentes.
Esto se debe a que además de
compartir continuamente nuestra vida, también es posible generar conocimientos
a partir de las experiencias de cada ser humano, de ahí que, en lugar de aislarnos,
el internet nos une, convirtiendo la sociedad en hipersociedad, debido a
nuestra constante interacción con el mundo.
De esta manera, socializamos todo lo
que hay en la red, puesto que ésta también está organizada para encontrar
nuestros intereses.
Por otra parte, todas estas formas
de comunicarnos son posibles gracias a que nuestro cerebro está configurado
para ser una herramienta social y ha evolucionado de acuerdo a necesidades
gregarias. Así nuestras neuronas son como espejos que funcionan empáticamente y
constantemente estamos al pendiente de los demás.
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